sábado, 17 de febrero de 2018

“Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas”. De Domingo Faustino Sarmiento

Facundo Quiroga


LIBROS Y LECTORES

“Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas”. De Domingo Faustino Sarmiento

 “ ¡Sombra terrible de Facundo voy a evocarte, para que sacudiendo el ensangrentado polvo que cubre tus cenizas, te levantes a explicarnos la vida secreta y las convulsiones internas que desgarran las entrañas de un noble pueblo! Tú posees el secreto: revélanoslo”.
Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas es un libro escrito en 1845 por el educador, periodista, escritor y político argentino, Domingo Faustino Sarmiento, durante su segundo exilio en Chile. Sarmiento fue una figura controversial, (desde sus inicios políticos y hasta hoy día es motivo de polémicas, por historiadores y políticos) que llegara a la presidencia de la nación. 
Es asimismo uno  de los principales exponentes de la literatura hispanoamericana. La obra resulta fundamental por sus acertados análisis del acontecer político, económico y social de la América Hispana, de sus planes a futuro, de  sus potenciales y la instauración del progreso y la modernización.  Está escrito en un lenguaje ameno y convincente, de interesante valor literario 
Se comenzó a publicar por entregas en un diario chileno llamado “El Progreso” y a poco, por su importancia su editó en un solo volumen y clandestinamente llegó a la Argentina y se convirtió en en una proclama para la opinión pública nacional.
 Como lo indica su título, en el texto, Sarmiento explora los conflictos que surgieron en Argentina una vez alcanzada la Independencia política en 1816. El libro muestra la vida de Juan Facundo Quiroga, un caudillo y definitivamente un personaje. Es militar y político gaucho miembro del Partido Federal, que se desempeñó como gobernador de la provincia de La Rioja durante las guerras civiles argentinas en las décadas 20 y 30 del Siglo XIX.
 Sarmiento en el texto explora la dicotomía entre la civilización y la barbarie.  La civilización se manifiesta mediante Europa, Norteamérica, las ciudades, los unitarios, el general Paz y Rivadavia»,​ mientras que «la barbarie se identifica con América Latina, España, Asia, Oriente Medio, el campo, los federales, Facundo y Rosas.​ Es por esta razón que Facundo influyó hondamente en la visión de una realidad fragmentada. Según algunos autores, el diálogo entre la civilización y la barbarie lo ubican, como el conflicto primordial en la cultura latinoamericana, Facundo le dio forma a una polémica que comenzó en el periodo colonial y que continúa hasta el presente».​
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Transcripción del
Capítulo XIII de Facundo “Barranca Yaco”.

(En este capítulo se relata el atentado que provoca la muerte de Quiroga)

Quiroga vence en la batalla de Ciudadela, empujando fuera de la Argentina a los unitarios. Con ellos el federalismo desaparece. Al mismo tiempo, Rosas ha vencido en Buenos Aires a Lavalle. Quiroga queda sin gobernar ninguna provincia, sin ejército en armas. Sólo le queda un nombre temido en ocho provincias y armas enterradas en bosques riojanos. La Rioja es el lugar central de su influencia.

Antes de asumir el gobierno de la provincia de buenos Aires Rosas exige ser investido de facultades extraordinarias. Si bien se le ofreció resistencia, las obtuvo. Nadie podía gobernar una provincia y una ciudad desestabilizada por manos misteriosas (rosistas). Rosas justificó su requerimiento diciendo que para lograr el orden y el control él necesitaba tener un chicote como el maestro de grado, para que los alumnos lo respetaran.

Geografía política de la Argentina desde 1822:
Unidad bajo la influencia de Quiroga: Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan, San Luis, Mendoza. (Región andina).
Federación bajo el pacto de la Liga Litoral: López (tiene Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba); Ferré (Corrientes) y Rosas (Buenos Aires).
Por otro lado, quedaba Ibarra en Santiago del Estero bajo la federación feudal.

La guerra que iban a hacerse las dos fracciones de la república, los dos caudillos que se disputaban sordamente el mando iba a ser de emboscadas, de lazos y de traiciones. Un combate mudo en el que se mediría la audacia de uno, y la astucia y trampa del otro. Esta lucha entre Quiroga y Rosas abraza un período de cinco años aunque no sale a la luz. Ambos se detestan porque cada uno de ellos siente que del resultado de este juego terrible dependen su vida y su provenir.

Rosas organiza una expedición al Sur. Una vez finalizada, Facundo marcha a Buenos Aires y entra en la ciudad sin anunciar su llegada. Esto es un poco una invasión sobre el centro de poder de su rival, y otro poco, la atracción que el lujo y la civilización han despertado en Quiroga. Facundo llega a la ciudad poco después de la caída de Balcarce.

La otra visita de Facundo a Buenos Aires: el poder educa. Facundo establecido en la ciudad, se rodea de hombres notables. Habla con desprecio de Rosas. Se declara unitario entre los unitarios y la palabra “constitución” no abandona sus labios. Justifica sus actos de barbarie pasados por la necesidad que tenía de vencer, de sobrevivir. Su conducta es mesurada, su aire noble. (Aunque no abandona el poncho ni la barba). Por otra parte, refrena sus impulsos de pelearse a cuchillo, porque es conciente de que hay allí un poder superior al suyo (no sólo el de su enemigo, sino también el de las instituciones) y que pueden meterlo en la cárcel. Manda sus hijos a los mejores colegios, ellos visten frac y levita. Incluso llega a declarar: “los únicos hombres honrados que tiene el país son Rivadavia y Paz”.

Quiroga, pues, se presenta como una nueva tentativa de organizar la República. Sin embargo, la falta de hábito de trabajo, la pereza del pastor, la costumbre de esperarlo todo del terror, lo paralizan y lo entregan maniatado a su rival.

En 1835 surge un conflicto entre los gobiernos de las provincias del Norte que podía hacer estallar la guerra. Rosas invita a Facundo para que influya y apague las chispas. El 18 de diciembre de 1835, facundo sale de Buenos Aires en misión de paz. Facundo intuye que algo malo pasa. Ni bien sale de la ciudad y se interna en la campaña, la galera empieza a tener problemas. Facundo azota al maestro de posta. La brutalidad y el terror vuelven a aparecer desde que se halla en el campo. Avanza por la pampa y en cada posta pregunta si un chasque ha pasado antes. Así se entera de que ese vehículo está adelantado unas horas en relación con el suyo.

 Facundo apura la marcha. Se encuentra asustado. Al llegar a Córdoba, la gente le habla del peligro inminente que se suspende sobre su cabeza. Todo Córdoba sabe los detalles del crimen que el gobierno intenta. La muerte de Quiroga es el asunto de todas las conversaciones. Jamás se ha premeditado un atentado con más descaro.
Quiroga llega, al fin, a destino y arregla las diferencias entre los gobernadores hostiles. Se le ofrece una gran escolta para que lo acompañe de regreso y le recomiendan tomar el camino de Cuyo. Quiroga rechaza esto, quiere desafiar a sus enemigos. Toma el camino para volver a Córdoba.
 En el trayecto un niño detiene el chasque en el que van Quiroga y su secretario, el doctor Ortiz. El niño les dice que en Barranca-Yaco está apostado Santos Pérez con una partida. Las órdenes son que nadie escape. Facundo tranquiliza al muchacho y a su secretario, y dice: “No ha nacido todavía el hombre que ha de matar a Facundo Quiroga”, él piensa que con un grito suyo la partida se pondrá a sus órdenes y desistirá del intento de asesinato. El orgullo y el terrorismo llevan a Facundo a desafiar la muerte. Esa noche, mientras su secretario está desvelado por el temor, Quiroga bebe chocolate y se duerme profundamente. Ortiz lo despierta y le pide que no se haga matar inútilmente. Facundo lo tranquiliza una vez más.
Llega el día. Lo acompañan el postillón, el secretario, el niño, dos correos y el negro que va a caballo.
 En Barranca-Yaco dos balas atraviesan la galera, Quiroga se asoma y al preguntar “¿Qué significa esto?”, recibe como respuesta un balazo en el ojo que lo mata. Santos Pérez asesina a todos ante el llanto asustado del niño. Cuando concluye, pregunta por el infante. Un sargento le dice que es su sobrino. Santos Pérez mata al sargento y degüella al niño. Esta muerte será la única que martirizará a santos Pérez hasta que muera.

Descripción de Santos Pérez: es un gaucho malo de la campaña de Córdoba, un vicioso y un asesino. Era alto, hermoso de cara, de color pálido y barba negra y rizada. Siempre fue perseguido por al policía. Al final, lo cogieron en Córdoba por una venganza femenil. El día que entró en Buenos Aires una enorme muchedumbre gritaba: ¡muera Santos Pérez!. Al bajar del carro que lo conducía al patíbulo, él gritó: ¡Muera el tirano!

El gobierno de Buenos Aires (Rosas) dio un apartado solemne a los asesinos de Juan Facundo Quiroga. Se expuso la galera ensangrentada y distribuyó el retrato de Quiroga. Es necesario que la historia imparcial señale con su dedo al instigador de los asesinos.

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