“Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas”. De Domingo Faustino Sarmiento
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Facundo Quiroga |
LIBROS Y LECTORES
“Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas”. De Domingo Faustino Sarmiento
“ ¡Sombra terrible de
Facundo voy a evocarte, para que sacudiendo el ensangrentado polvo que cubre
tus cenizas, te levantes a explicarnos la vida secreta y las convulsiones
internas que desgarran las entrañas de un noble pueblo! Tú posees el secreto:
revélanoslo”.
Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas
es un libro escrito en 1845 por el educador, periodista, escritor y político
argentino, Domingo Faustino Sarmiento, durante su segundo exilio en Chile.
Sarmiento fue una figura controversial, (desde sus inicios políticos y hasta
hoy día es motivo de polémicas, por historiadores y políticos) que llegara a la
presidencia de la nación.
Es asimismo uno de
los principales exponentes de la literatura hispanoamericana. La obra resulta
fundamental por sus acertados análisis del acontecer político, económico y
social de la América Hispana, de sus planes a futuro, de sus potenciales y la instauración del progreso
y la modernización. Está escrito en un
lenguaje ameno y convincente, de interesante valor literario
Se comenzó a publicar por entregas en un diario chileno
llamado “El Progreso” y a poco, por su importancia su editó en un solo volumen
y clandestinamente llegó a la Argentina y se convirtió en en una proclama para
la opinión pública nacional.
Como lo indica su
título, en el texto, Sarmiento explora los conflictos que surgieron en
Argentina una vez alcanzada la Independencia política en 1816. El libro muestra
la vida de Juan Facundo Quiroga, un caudillo y definitivamente un personaje. Es
militar y político gaucho miembro del Partido Federal, que se desempeñó como
gobernador de la provincia de La Rioja durante las guerras civiles argentinas
en las décadas 20 y 30 del Siglo XIX.
Sarmiento en el texto
explora la dicotomía entre la civilización y la barbarie. La civilización se manifiesta mediante
Europa, Norteamérica, las ciudades, los unitarios, el general Paz y Rivadavia»,
mientras que «la barbarie se identifica con América Latina, España, Asia,
Oriente Medio, el campo, los federales, Facundo y Rosas. Es por esta razón que
Facundo influyó hondamente en la visión de una realidad fragmentada. Según
algunos autores, el diálogo entre la civilización y la barbarie lo ubican, como
el conflicto primordial en la cultura latinoamericana, Facundo le dio forma a
una polémica que comenzó en el periodo colonial y que continúa hasta el
presente».
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Transcripción del
Capítulo XIII de Facundo “Barranca Yaco”.
(En este capítulo se relata el atentado que provoca la muerte de Quiroga)
Quiroga vence en la batalla de Ciudadela, empujando fuera de
la Argentina a los unitarios. Con ellos el federalismo desaparece. Al mismo
tiempo, Rosas ha vencido en Buenos Aires a Lavalle. Quiroga queda sin gobernar
ninguna provincia, sin ejército en armas. Sólo le queda un nombre temido en
ocho provincias y armas enterradas en bosques riojanos. La Rioja es el lugar
central de su influencia.
Antes de asumir el gobierno de la provincia de buenos Aires
Rosas exige ser investido de facultades extraordinarias. Si bien se le ofreció
resistencia, las obtuvo. Nadie podía gobernar una provincia y una ciudad
desestabilizada por manos misteriosas (rosistas). Rosas justificó su
requerimiento diciendo que para lograr el orden y el control él necesitaba
tener un chicote como el maestro de grado, para que los alumnos lo respetaran.
Geografía política de la Argentina desde 1822:
Unidad bajo la influencia de Quiroga: Jujuy, Salta, Tucumán,
Catamarca, La Rioja, San Juan, San Luis, Mendoza. (Región andina).
Federación bajo el pacto de la Liga Litoral: López (tiene
Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba); Ferré (Corrientes) y Rosas (Buenos Aires).
Por otro lado, quedaba Ibarra en Santiago del Estero bajo la
federación feudal.
La guerra que iban a hacerse las dos fracciones de la
república, los dos caudillos que se disputaban sordamente el mando iba a ser de
emboscadas, de lazos y de traiciones. Un combate mudo en el que se mediría la
audacia de uno, y la astucia y trampa del otro. Esta lucha entre Quiroga y
Rosas abraza un período de cinco años aunque no sale a la luz. Ambos se
detestan porque cada uno de ellos siente que del resultado de este juego
terrible dependen su vida y su provenir.
Rosas organiza una expedición al Sur. Una vez finalizada,
Facundo marcha a Buenos Aires y entra en la ciudad sin anunciar su llegada.
Esto es un poco una invasión sobre el centro de poder de su rival, y otro poco,
la atracción que el lujo y la civilización han despertado en Quiroga. Facundo
llega a la ciudad poco después de la caída de Balcarce.
La otra visita de Facundo a Buenos Aires: el poder educa.
Facundo establecido en la ciudad, se rodea de hombres notables. Habla con
desprecio de Rosas. Se declara unitario entre los unitarios y la palabra
“constitución” no abandona sus labios. Justifica sus actos de barbarie pasados
por la necesidad que tenía de vencer, de sobrevivir. Su conducta es mesurada,
su aire noble. (Aunque no abandona el poncho ni la barba). Por otra parte,
refrena sus impulsos de pelearse a cuchillo, porque es conciente de que hay
allí un poder superior al suyo (no sólo el de su enemigo, sino también el de
las instituciones) y que pueden meterlo en la cárcel. Manda sus hijos a los
mejores colegios, ellos visten frac y levita. Incluso llega a declarar: “los
únicos hombres honrados que tiene el país son Rivadavia y Paz”.
Quiroga, pues, se presenta como una nueva tentativa de
organizar la República. Sin embargo, la falta de hábito de trabajo, la pereza
del pastor, la costumbre de esperarlo todo del terror, lo paralizan y lo
entregan maniatado a su rival.
En 1835 surge un conflicto entre los gobiernos de las
provincias del Norte que podía hacer estallar la guerra. Rosas invita a Facundo
para que influya y apague las chispas. El 18 de diciembre de 1835, facundo sale
de Buenos Aires en misión de paz. Facundo intuye que algo malo pasa. Ni bien
sale de la ciudad y se interna en la campaña, la galera empieza a tener
problemas. Facundo azota al maestro de posta. La brutalidad y el terror vuelven
a aparecer desde que se halla en el campo. Avanza por la pampa y en cada posta
pregunta si un chasque ha pasado antes. Así se entera de que ese vehículo está
adelantado unas horas en relación con el suyo.
Facundo apura la marcha. Se
encuentra asustado. Al llegar a Córdoba, la gente le habla del peligro
inminente que se suspende sobre su cabeza. Todo Córdoba sabe los detalles del
crimen que el gobierno intenta. La muerte de Quiroga es el asunto de todas las
conversaciones. Jamás se ha premeditado un atentado con más descaro.
Quiroga llega, al fin, a destino y arregla las diferencias
entre los gobernadores hostiles. Se le ofrece una gran escolta para que lo
acompañe de regreso y le recomiendan tomar el camino de Cuyo. Quiroga rechaza
esto, quiere desafiar a sus enemigos. Toma el camino para volver a Córdoba.
En
el trayecto un niño detiene el chasque en el que van Quiroga y su secretario,
el doctor Ortiz. El niño les dice que en Barranca-Yaco está apostado Santos Pérez
con una partida. Las órdenes son que nadie escape. Facundo tranquiliza al
muchacho y a su secretario, y dice: “No ha nacido todavía el hombre que ha de
matar a Facundo Quiroga”, él piensa que con un grito suyo la partida se pondrá
a sus órdenes y desistirá del intento de asesinato. El orgullo y el terrorismo
llevan a Facundo a desafiar la muerte. Esa noche, mientras su secretario está
desvelado por el temor, Quiroga bebe chocolate y se duerme profundamente. Ortiz
lo despierta y le pide que no se haga matar inútilmente. Facundo lo tranquiliza
una vez más.
Llega el día. Lo acompañan el postillón, el secretario, el
niño, dos correos y el negro que va a caballo.
En Barranca-Yaco dos balas
atraviesan la galera, Quiroga se asoma y al preguntar “¿Qué significa esto?”,
recibe como respuesta un balazo en el ojo que lo mata. Santos Pérez asesina a
todos ante el llanto asustado del niño. Cuando concluye, pregunta por el
infante. Un sargento le dice que es su sobrino. Santos Pérez mata al sargento y
degüella al niño. Esta muerte será la única que martirizará a santos Pérez
hasta que muera.
Descripción de Santos Pérez: es un gaucho malo de la campaña
de Córdoba, un vicioso y un asesino. Era alto, hermoso de cara, de color pálido
y barba negra y rizada. Siempre fue perseguido por al policía. Al final, lo
cogieron en Córdoba por una venganza femenil. El día que entró en Buenos Aires
una enorme muchedumbre gritaba: ¡muera Santos Pérez!. Al bajar del carro que lo
conducía al patíbulo, él gritó: ¡Muera el tirano!
El gobierno de Buenos Aires (Rosas) dio un apartado solemne
a los asesinos de Juan Facundo Quiroga. Se expuso la galera ensangrentada y distribuyó
el retrato de Quiroga. Es necesario que la historia imparcial señale con su
dedo al instigador de los asesinos.
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